La semana pasada hubo dos pedidos de audiencia previa al juicio al tribunal, el primero precedido por el decano de la facultad de sociología, Federico Schuster, la Asociación Gremial Docente de la UBA y la Fuba; el segundo encabezado por Eduardo Murúa (dirigente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas) y varias cooperativas miembros de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (Facta), con el objetivo de trasmitir la preocupación que implicaba sentar en el banquillo de los acusados a quienes han colaborado en forma activa por el desenvolvimiento de la autogestión obrera, ante la irresponsabilidad patronal frente a sus obreros. Estas presentaciones determinaron que el juzgado empezara a anticipar a la defensa que existía la posibilidad de suspender el juicio, dado que la postergación de audiencias producidas por la extensión de la feria por la gripe A, colapsó el sistema judicial de Lomas de Zamora debiendo priorizar las salas de audiencia para los juicios con detenidos. El martes 18 de agosto, la jueza María Fernanda Ferreira se tomó un segundo, a pesar de estar en un juicio, para recibir a la defensa de Apel y manifestarle en forma personal “que ya había resuelto el mismo”. El “detalle técnico” que permite decretar la extinción de la acción penal por prescripción no sólo se le había pasado a esta defensa, sino también a la fiscalia de instrucción, a la Cámara de Apelaciones, al fiscal y al propio tribunal en el año y medio que trascurrió bajo su órbita. La resolución no es definitiva, sino que está supeditada a la verificación actualizada de que Pablo Heller no tiene ningún otro juicio en curso. Este último requisito no es menor, y refleja por sí solo la problemática a la que se enfrentan más de 5.000 procesados por causas ligadas a la lucha popular. Ya que la prescripción no podrá ser revocada sólo gracias al hecho de que Heller fue sobreseído en la causa seguida contra los trabajadores del hospital Francés (hoy elevada a juicio). Conclusión: no hay mejor defensa que la solidaridad popular.
26 mar 2009
No hay mejor defensa que la solidaridad popular
Hace dos semanas que el Juzgado Correccional Nº 3 viene recibiendo la solidaridad y los pronunciamientos por la absolución del compañero Pablo Heller.
La semana pasada hubo dos pedidos de audiencia previa al juicio al tribunal, el primero precedido por el decano de la facultad de sociología, Federico Schuster, la Asociación Gremial Docente de la UBA y la Fuba; el segundo encabezado por Eduardo Murúa (dirigente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas) y varias cooperativas miembros de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (Facta), con el objetivo de trasmitir la preocupación que implicaba sentar en el banquillo de los acusados a quienes han colaborado en forma activa por el desenvolvimiento de la autogestión obrera, ante la irresponsabilidad patronal frente a sus obreros. Estas presentaciones determinaron que el juzgado empezara a anticipar a la defensa que existía la posibilidad de suspender el juicio, dado que la postergación de audiencias producidas por la extensión de la feria por la gripe A, colapsó el sistema judicial de Lomas de Zamora debiendo priorizar las salas de audiencia para los juicios con detenidos. El martes 18 de agosto, la jueza María Fernanda Ferreira se tomó un segundo, a pesar de estar en un juicio, para recibir a la defensa de Apel y manifestarle en forma personal “que ya había resuelto el mismo”. El “detalle técnico” que permite decretar la extinción de la acción penal por prescripción no sólo se le había pasado a esta defensa, sino también a la fiscalia de instrucción, a la Cámara de Apelaciones, al fiscal y al propio tribunal en el año y medio que trascurrió bajo su órbita. La resolución no es definitiva, sino que está supeditada a la verificación actualizada de que Pablo Heller no tiene ningún otro juicio en curso. Este último requisito no es menor, y refleja por sí solo la problemática a la que se enfrentan más de 5.000 procesados por causas ligadas a la lucha popular. Ya que la prescripción no podrá ser revocada sólo gracias al hecho de que Heller fue sobreseído en la causa seguida contra los trabajadores del hospital Francés (hoy elevada a juicio). Conclusión: no hay mejor defensa que la solidaridad popular.
La semana pasada hubo dos pedidos de audiencia previa al juicio al tribunal, el primero precedido por el decano de la facultad de sociología, Federico Schuster, la Asociación Gremial Docente de la UBA y la Fuba; el segundo encabezado por Eduardo Murúa (dirigente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas) y varias cooperativas miembros de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (Facta), con el objetivo de trasmitir la preocupación que implicaba sentar en el banquillo de los acusados a quienes han colaborado en forma activa por el desenvolvimiento de la autogestión obrera, ante la irresponsabilidad patronal frente a sus obreros. Estas presentaciones determinaron que el juzgado empezara a anticipar a la defensa que existía la posibilidad de suspender el juicio, dado que la postergación de audiencias producidas por la extensión de la feria por la gripe A, colapsó el sistema judicial de Lomas de Zamora debiendo priorizar las salas de audiencia para los juicios con detenidos. El martes 18 de agosto, la jueza María Fernanda Ferreira se tomó un segundo, a pesar de estar en un juicio, para recibir a la defensa de Apel y manifestarle en forma personal “que ya había resuelto el mismo”. El “detalle técnico” que permite decretar la extinción de la acción penal por prescripción no sólo se le había pasado a esta defensa, sino también a la fiscalia de instrucción, a la Cámara de Apelaciones, al fiscal y al propio tribunal en el año y medio que trascurrió bajo su órbita. La resolución no es definitiva, sino que está supeditada a la verificación actualizada de que Pablo Heller no tiene ningún otro juicio en curso. Este último requisito no es menor, y refleja por sí solo la problemática a la que se enfrentan más de 5.000 procesados por causas ligadas a la lucha popular. Ya que la prescripción no podrá ser revocada sólo gracias al hecho de que Heller fue sobreseído en la causa seguida contra los trabajadores del hospital Francés (hoy elevada a juicio). Conclusión: no hay mejor defensa que la solidaridad popular.
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*Publicado en Prensa Obrera Nº1096, 20/08/09
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